martes, 7 de marzo de 2017

La Virgen del Clavel completa las salas dedicadas al Renacimiento del Bellas Artes

Virgen del Clavel. Atribuida a Pedro Villegas Marmolejo


El Museo de Bellas Artes acaba de colgar en su Sala III la espléndida obra recientemente restaurada 'Virgen del Clavel', de hacia 1580. Su mera contemplación ya merece un paseo hasta el Museo, pero la visita resulta más enriquecedora si nos paramos a compararla con otras obras que componen las salas dedicadas al Renacimiento.


La 'Virgen del Clavel' es una pintura al óleo sobre tabla que, a día de hoy, sigue siendo anónima. Entre los posibles autores del cuadro se ha apuntado a la figura de Pedro Villegas Marmolejo (1519-1596), pintor de gran fama en la Sevilla del siglo XVI. Aprovechando la presencia de dos obras de este autor en la misma sala podemos detenernos a comparar los trazos para buscar paralelismos entre la Virgen del Clavel y las figuras femeninas de los otros dos cuadros, Santa Catalina de Siena y la Virgen María, perteneciente a una Sagrada Familia.

Sagrada Familia y Santo Tomás de Aquino y Santa Catalina de Siena. Pedro Villegas Marmolejo


Los cuadros de Villegas Marmolejo están fechados entre 1575 y 1580, precisamente los mismos años de la Virgen del Clavel, algo que facilita la comparación. La zona de los ojos, con esa caída de los párpados y el dibujo de las cejas es muy similar, al igual que el óvalo que emplea el autor (o autores) para delimitar el rostro de la Virgen. Sí vemos diferencias en la forma de tratar el pelo, en la nariz o en la boca. De nuevo podemos establecer ciertos paralelismos en los pliegues de los ropajes o en el colorido utilizado en los mismos. Sean o no del mismo autor, es una delicia contemplar ambas obras.

Detalle de la Virgen del Clavel

Detalle de la Sagrada Familia de Villegas Marmolejo


En la misma sala nos encontramos también varias obras de uno de los pintores fundamentales de la Sevilla renacentista, Luis de Vargas (1505-h.1567). Vargas, fue el gran introductor de la pintura italiana en la escuela hispalense gracias al viaje que realizó a Italia cuando contaba con 21 años. En uno de los cuadros de este pintor se representa la escena en la que la Virgen María y San José llevan al Niño Jesús al templo de Jerusalén. Frente a las figuras de Villegas Marmolejo destaca el canon alargado que Vargas emplea en el dibujo de sus personajes, así como los pliegues mucho más angulosos en los ropajes. El rostro de la joven que mira al espectador, haciéndolo partícipe de la escena, siempre me ha parecido uno de los más bellos de cuantos podemos ver en el Bellas Artes.

Presentación de Jesús en el templo. Luis de Vargas

San Sebastián. Luis de Vargas

Volviendo sobre nuestros pasos, regresamos a la Sala II para contemplar otras obras del mismo período que nos sirven para conocer mejor la personalidad del autor de la Virgen del Clavel. Nos podemos detener en la 'Virgen con Niño' del holandés Marcelo Coffermans, fechada hacia 1560. Se trata de una obra anterior a nuestra protagonista pero nos sirve para comparar dos formas de entender la pintura que confluyeron en la Sevilla de mediados del XVI. Por un lado tenemos la estética más cercana a la pintura italiana que podemos rastrear en Villegas Marmolejo y Luis de Vargas y por otro la corriente llegada desde los Países Bajos. En la pintura de Coffermans y en la atribuida a Villegas Marmolejo tenemos el mismo tema, ángeles incluidos, pero el resultado no puede ser más distinto.

Virgen con el Niño. Marcelo Coffermans


Si bien Coffermans nunca estuvo en Sevilla y sus obras llegaron aquí gracias al comercio de arte, no podemos decir lo mismo de otro de los artistas representados en esta Sala II, Pedro de Campaña, artista nacido en Bruselas que residió en Sevilla entre 1537 y 1563. Pedro de Campaña está considerado como el artista que revolucionó la pintura sevillana tras su llegada a la capital del Guadalquivir. Formado en Bruselas, su estancia en Italia le proporcionó un estilo muy personal que aunaba la estética flamenca, mucho más rígida, con la italiana, más amable. El Museo conserva un 'San Jerónimo penitente' que también ha sido restaurado recientemente del que podemos extraer alguna comparación gracias al rompimiento de Gloria de la parte superior, donde la Virgen y el Niño son testigos de la renuncia a los placeres terrenales del Santo, considerado uno de los Padres de la Iglesia Católica.

San Jerónimo Penitente. Pedro de Campana (h.1540)

Para acabar el repaso por el tema de la Virgen con el Niño nada mejor que detenernos ante la robusta e inquietante Virgen de Pietro Torrigiano. Se trata de una escultura de bulto redondo realizada en terracota para el monasterio de San Jerónimo de Buenavista, para el que también realizó el soberbio San Jerónimo que se conserva en esta misma sala. La vida de Torrigiano da para un post entero pero resaltaré únicamente aquí en su importancia para la escuela escultórica sevillana. Su llegada a Sevilla supuso un antes y un después y su fama fue tal que hasta Goya solicitó en una visita a Sevilla poder acceder al convento de San Jerónimo para contemplar su escultura. Sesenta años separan esta pieza de la Virgen del Clavel atribuida a Villegas Marmolejo, pero apenas hay diez metros de distancia entre una y otra en el Museo de Bellas Artes. Merece la pena recorrerlos para deleitarse con el esplendor del Renacimiento.

Virgen con el Niño. Pietro Torrigiano (h.1525)

1 comentario:

Vicente dijo...

Muy interesante, aunque las obras de este período que conserva el museo son muy escasas. No se puede entender que el museo no se gestione como una fundación desde la que se facilite la donación y adquisición de obras que completen el discurso museográfico.